Entra una mujer desesperada a una cafetería pidiendo ayuda:
- Por favor, ayúdenme, mi hija se ha perdido.
El camarero enseguida le pregunta a la pobre mujer:
- ¿Cómo se llama la niña?
- Ella se llama Esperanza.
El camarero rápidamente le responde:
- ¡Imposible! La esperanza es lo último que se pierde.
Frase:
De nada sirve explicar cuando la otra persona está decidida a no entender.