En una pequeña farmacia de pueblo, entra una mujer y le dice al farmacéutico:
- Por favor, quiero comprar arsénico.
El farmacéutico camina en dirección a la mujer y le dice:
- No puedo vendérselo, además, ¿para qué quiere usted arsénico?
- Para matar al desgraciado de mi marido.
- No señora, ahora sí que no se lo puedo vender.
La mujer impaciente ya, saca una foto de su marido junto con la mujer del farmacéutico y se la da.
- Ahh bueno, con receta es otra cosa.
Frase:
Regala tu sonrisa a quien la merezca, tu amor a quien lo valore, tus lágrima a quien te acompañe y tu vida a quien te ame.